La temporada, aunque con retraso por propia voluntad, dio comienzo en nuestro acotado a las 8:00 horas pero como todos los años y hasta que nos cambian la hora hubo que esperar hasta que el sol iluminara las cogollas de las encinas. En principio la mañana apuntaba bien pues estaba fresca y apetecia salir a dar picadero a los perros, que tienen unos lomos de cuarta. En el cazadero esperando que abriera el dia se veian pasar por los caminos las diferentes cuadrillas que patearian despues el termino, pues parecia en el momento de la espera que los socios estaban muy repartidos por los diferentes parajes o bien que estaban todos juntos.
A medida que pasaba la mañana, en incansable Lorenzo nos empezaba a calentar con lo cual tubimos que ir buscando las diferentes charcas del cazadero que habiamos elegido. Pocos tiros para las diez de la mañana se escuchaban, como si se tratase de una monteria en la que por aburrimiento o por curiosidad cuentas los disparos y te vas haciendo una idea del dia que puedes pasar.
Como no habia resultados se aprovecho para hacer unos retratillos.
Por fin la cuadrilla se cuelga la primera pieza, despues de haber visto caza pero no poder ni ponerle el punto de mira en lo alto. La caza se movia y no dejaba acercarte, cosa rara por otra parte teniendo en cuenta que es el primer dia, pero el campo es muy listo y tambien sabe defenderse en condiciones advesras, cualidad a tener en cuenta. La segunda pieza no tarda en caer eso si rompiendo todos los esquemas que previamente teniamos en la cabeza y sin pegar un tiro. En concreto el lance es muy rapido y nos deja sorprendidos.Perro que parece que se queda puesto en un pastizal grande y justo entre dos de la cuadrilla da un salto y se escucha un chillido propio de una liebre pequeña, pero cual es la sorpresa que la liebre es un buen macho que aparentemente no tiene ningun perdigon incrustado en la piel pero que en este caso tambien puntua. Despues de echar un rato y un poco desesperados dudamos en como seguir la mano y optamos por seguir recto, no sin antes valorar que de esta manera nos alejabamos del coche y el calor hacia mella en los perros y los portaescopetas. Pero pronto vemos que la caza vuelve a escurrirse delante y nosotros detras hasta que los perros dan con la liebre que busca lo mas espeso de la vegetacion y sale como un tiro. Entre los de la mano se cantan la liebre y el que esta de punta la espera por delante, sin saber siquiera por donde se quiere escapar la astuta orejuda, eso si estubo mas astuto y fino el veterano de la cuadrilla que tirando de experiencia en estos lances sorprendio a la liebre que se le colaba por detras y pudo meterla un par de soplillazos entre los hogarzos o jogarzos sin que esta aparentemente perdiera el paso. En ese momento de incertidumbre donde no se sabe si esta alli donde has tirado o por donde va, desde la otra punta de la mano se ve a uno de los canes que llevaba toda la mañana con un gps puesto en el culo y con el hocico levandado corriendo detras de la liebre y llegando a volver a esta hacia su perdicion, la linea de escopetas que cuando estaban preparadas para apuntillar al matacan volvieron a escuchar el chillido inequivoco de estar en la boca del perro que la habia sacado. Buen premio para ambos perros uno porque asi se le mete un poco la aficion en el cuerpo y otro porque se lo merecia ya que llevaba una buena mañana. Tras meterla en el zurron y proseguir en el mismo pastizal, en la punta de la mano se escucha un disparo "casi a bocajarro" y mirando al tendido despues de recibir un gran susto escuchando el ruido del pasto como a 15 metros y teniendo encuenta que se estaba hasta los coj.... de patear. Despues de soltar el soplillazo y ver correr a la liebre madre, entre los olivos, con los perros detras y sin ningun pelo mal puesto por los plomos el que os escribe esto decide apuntar sin miramientos a la pieza y logra darla un revolcon. Era la cuarta y quedaba una hora para acabar la jornada.
La cuadrilla se rompe por el cansancio y por las obligaciones diarias de un cazador primero y ganadero despues. El sol deja de iluminar y por la sierra de Orellana se aproxima una nube que deja unas gotas que ayudan a que nos retiremos poco a poco no sin antes buscar de nuevo una charca en la que saciar la sed de agua porque la sed de caza la saciaremos otro dia o en otros dias de la temporada.
Como siempre recogida de perros y foto final con el resultado de este dia pero con el fondo de hace ya unos añitos.
saludos y buena caza
PD: LA FOTO CON LA CAZA YA LA PUBLICARE EN EL SIGUIENTE NUMERO.